Nuevo cerco de exclusión protege ecosistemas críticos en Cartagena

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Se instaló un nuevo cerco de exclusión en la zona de la desembocadura del estero de Cartagena en la comuna homónima, con el objetivo de resguardar el hábitat de aves tanto residentes como migratorias.
En el marco del proyecto “Acción climática y socio-ambiental para municipios coste-ros: Soluciones integra-doras para humedales y aves playeras” ejecutado por la Red de Observadores Aves y Vida Silvestre de Chile (ROC) y financiado por el programa Humedales Costeros, la semana pasada se instaló un cerco de exclusión en el área norte de la conocida Laguna de Cartagena.
De acuerdo a lo informado por la ROC; este busca salvaguardar un importante sector de playa de arena y dunas en las que numerosas especies de aves migratorias como la gaviota de Franklin, zarapito común, gaviotín elegante, entre otras, descansan. Además, en el mismo sector, aves como el pilpilén común y el chorlo nevado intentan reproducirse, por lo que resulta de suma importancia proteger estos espacios, en el contexto en que estas aves se encuentran clasificadas por el Reglamento de Clasificación de Especies en las categorías y respectivamente, debido a su bajo éxito reproductivo y otros motivos provocados por amenazas como el tránsito de vehículos, la presencia de perros y actividades recreativas poco reguladas.
Con el objetivo de resguardar estas áreas críticas, 8 personas, entre voluntarios, funcionarios de la Municipalidad de Cartagena y profesionales de la ROC, logrando instalar 40 postes y 120 metros de cuerda, que permitieron un sector de playa, dunas y cuerpo de agua. Además, en el encordado se instalaron 5 letreros que dan cuenta que el lugar es un área de descanso de aves migratorias y de reproducción de aves playeras residentes. Se espera que en las próximas semanas, se puedan sumar cerca de 30 postes más, extendiendo el cerco hasta el inicio de las “ante dunas” ubicadas al oeste de la laguna.
De esta manera, y pese a que el cerco no impide totalmente el ingreso de personas o perros, proporciona un límite simbólico y visible entre los espacios ocupados por vecinos y visitantes y aquellos utilizados por las aves, permitiendo que estos animales puedan desarrollar sus actividades diarias con menos perturbaciones que las que habitualmente les aquejan.
“Agradecemos a todas las y los voluntarios que hicieron esto posible, a la Municipalidad de Cartagena y a sus funcionarios que con gran disposición han contribuido al desarrollo de esta iniciativa. Agradecemos también al programa Hume-dales Costeros por confiar en la ROC y permitir sostener trabajos de largo plazo en distintos territorios. Esperamos que la comunidad cartagenina y sus visitantes valoren y respeten esta infraestructura y el espacio de conservación que provee, tanto para la fauna, como para las comunidades humanas y la belleza escénica del paisaje natural de su territorio”, enfatizaron desde la ROC.

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